La gonioscopía es un estudio de gran utilidad para pacientes con sospecha de padecer glaucoma o hipertensión ocular.
Consiste en la exploración de una porción del ojo, llamada ángulo de drenaje, o ángulo iridocorneal (la unión entre el iris y la córnea). Su uso principal es determinar si el ángulo de drenaje se muestra abierto, estrecho o cerrado, u obstruído por anormalidades congénitas, cuerpos extraños, tumores o exudados inflamatórios.
Puede ser realizado de manera bastante sencilla, con ayuda de un anestésico local tópico (colirio anestésico) y el gonioscopio.
Existen varios tipos de gonioscopios y, en especies como el gato y el caballo, que presentan una cámara anterior del ojo bastante profunda, el angulo de drenaje puede ser examinado sin la necesidad de utilizar un gonioscopio.
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